Hacía bastante tiempo que no le dibujaba a Martina nada en la pizarra. Ella misma se encargó de recordármelo anoche. De manera que hoy, antes de marcharme a trabajar, tenía veinte minutos sueltos y he decidido hacerle un Tintín con su correspondiente Milú. Podía haber quedado mejor, he ido muy rápido, pero para el caso no importa: a Martina todos los dibujos que le hago le parecen obras maestras.



qué suerte tiene mi sobrina. Lo sé porque yo fui niña con un hermano que en cualquier momento sacaba a un lápiz o boli de paseo y en minutos dibujaba algo espectacular. A mí siempre me pareció magia, y todavía hoy me lo parece.
ResponderEliminarPues ya me gustaría a mí conocer a ese hermano tuyo. ;D
ResponderEliminarEres un Genio, simplemente.
ResponderEliminarMenos en apalabrados :-))